¿Es posible la característica del Adulto, objeto y sujeto de la investigación andragógica? Es por demás justificado el intento aunque la complejidad de la naturaleza humana, convierta la misión en cuasi-imposible. Tan improbable es la consecución de este fin que los especialistas en el tema, los antropólogos aún no terminan de discutirlo y se contentan con saber que progresan en una aproximación al entendimiento del fenómeno de la adultez. Y fenómeno es a fin de cuentas el objeto, hecho y suceso andragógico, y así debe ser si se pretende estudiarlo desde la ciencia, pues la ciencia lo que trata es con “fenómenos” y no con otro tipo de realidades sean estas físicas o metafísicas.
Desde este punto de vista la andragogía es una ciencia. Una ciencia que se esfuerza por caracterizar a su principal actor el “adulto”, un sujeto entendido como una unidad bio-psico-social y como un sujeto ideológico-histórico-socio-cultural insertado en un contexto que pasa por el proceso de la adultez.
La adultez es la fase del ciclo vital en que los andragogos concentran su trabajo, la adultez es al igual que todas las otras fases un camino hacia por la vida hacia la muerte y al envejecimiento, en un proceso irreversible que permite experimentar vivencia únicas que aportan un conocimiento transmisible y vivencial.
Esta ciencia se construye hoy en dia, no está acabada como ninguna ciencia lo está, y sigue las tendencias de la contemporaneidad sociológica científica, es decir; los científicos que la construyen lo hacen desde teorías y metodologías que abordan la temática desde la óptica de la época.
Así la Andragogía de hoy es hija de su época e intenta trabajar desde un abordaje biológico-psicológica-sociologica y una aproximación Transdiciplinaria, valorando lo ideológico y super-estructural en el complejo fenómeno andragógico
¿Pero que entienden los científicos por Ciencia?
Es tan difícil responder esta pregunta que para hacerlo apostamos a la única realidad objetiva, el lenguaje contextualizado y a sus raíces etimológicas.
Ciencia.
(Del lat. scientĭa). Conjunto de conocimientos obtenidos mediante la observación y el razonamiento, sistemáticamente estructurados y de los que se deducen principios y leyes generales.
Magistral definición que dice mucho y nos alumbra para entender que el tipo de saber que consideramos científico y propio de una disciplina que consideramos ciencia, necesita poderse construir en un orden sistemático y estructurarse de tal modo que se puedan “deducir” axiomas particulares, propios y característicos de esta determinada disciplina científica.
Así, se ha llegado a enunciar:
• Nadie educa a nadie, todos nos educamos en conjunto, La educación para que se educación debe emancipar, ser liberadora, y para eso debe ser social. (Paulo Freire)
• Existe un hecho andragógico, unos actores de su proceso, unos ejes, funciones y dimensiones del mismo y unos patrones para su eficiencia y efectividad.
• Los ejes del proceso son la horizontalidad y el cooperativismo
• Los actores son el facilitador y los participantes
• La motivación es fundamental para que la sinergia del proceso emerja y el producto se logre
• Se trabaja con las necesidades reales del adulto
• Se construye el aprendizaje del mundo y para el mundo social.
• EL que más aprende es el que enseña.
• No se construye necesidades, se construye problemas a partir de necesidades existentes
Ante todo esto, se debe precisar que la continua facilitación del proceso andragógico logra un autodesarrollo que se convierte en la maestría de un arte que es justamente la praxis de esta misma ciencia. Así la maestria del arte de la andragogía no es en si mismo un fenómeno excluyente de su naturaleza científica. Sino una consecuencia de la praxis misma de esta ciencia humana y social de un facilitador en un continuo devenir en los avatares de su propia profesión.
Eduardo Roldos Arosemena