sábado, 1 de noviembre de 2008

NIKLAS LUHMANN Y LA PARADOJA DEL CONOCIMIENTO

ALGUNAS REFLEXIONES ACERCA DE LA CIENCIA COMO SISTEMA SOCIAL AUTOPOIÉTICO DE COMUNICACIÓN

Emilio González Díaz
Introducción: El fin de la modernidad y los debates acerca de la ciencia
Los textos más importantes y productivos de Niklas Luhmann, al menos para mi gusto, fueron
los escritos desde temprano en los años ochenta, es decir, después de que el sociólogo
alemán, fallecido en 1998, incorporara a su reflexión la idea de autopoiésis desarrollada por los
biólogos chilenos Humberto Maturana y Francisco Varela en El árbol del conocimiento (1984).1
Esta incorporación marcará una modificación importante _si bien no una ruptura_ en el
pensamiento de Luhmann, que puede ser calificada como un giro autopoiético2 con respecto a
su obra anterior. Mi presente exposición gira particularmente en torno a los capítulos 4, 5 y 6 de
su libro La ciencia de la sociedad (1996)3 y al capítulo 5 de Social Systems (1995)4 Me parece
significativo que estos textos coinciden en el tiempo con los debates que tuvieron lugar en esas
décadas en torno al pos-moderno y la crisis de la modernidad, el estructuralismo y el posestructuralismo,
pero también en la filosofía (incluyendo la de la ciencia), los estudios de la
ciencia y otros. Luhmann emerge en este escenario con un curioso intento de desarrollar un
pensamiento original vinculado a la cibernética y a la elaboración de una teoría "científica" de la
sociedad, a la vez que hacía uso y resonaba con muchas de las ideas que se manejaban en
esos debates, como por ejemplo, J. Derrida en las concepciones acerca del lenguaje o M.
Foucault en lo que tiene que ver con el poder. Tal vez por eso algunas personas, incluso aquí
en la academia, suelen asociar su nombre a los "debates posmodernos". Independientemente
del juicio que esto pueda merecer, sí me parece claro que lo que entiende Luhmann por cosas
como "ciencia", "sociedad", "realidad" o "verdad" se distancia considerablemente de los
1 Editorial Debates, Santiago de Chile.
2 Eva M. Knodt Preface, en Luhmann, Niklas, Social Systems.
3 Anthropos y U. Iberoamericana, México.
4 Stanford University Press, Stanford, California.
entendidos que tuvieron por siglos estas ideas en la modernidad. En este sentido, pienso,
estaría justificado hablar de una visión pos- moderna de la ciencia (aunque creo que no
exactamente de una pos-ciencia como lee el título de un libro de reciente aparición.5
Sea como sea, me parece desafortunado que el trabajo de este teórico, tan productivo
potencialmente, se haya discutido tan escasamente entre nosotros. En esta presentación me
gustaría interesar a quienes no lo conocen por familiarizarse con su pensamiento.
Primera aproximación a la reflexión de Luhmann acerca de la ciencia.
Una definición sintética, inadecuada pero útil, de la cibernética de segundo orden puede ser: el
estudio de sistemas autopoiéticos, es decir, de sistemas que se auto-organizan a partir de su
distinción con respecto a un entorno y que mantienen su organización interna a partir de un
proceso constante de acoplamiento estructural a su entorno, proceso que aporta tanto aumento
como reducción de complejidad como generación de nueva complejidad.
Luhmann parte del abandono de la idea de sujeto de conocimiento de la tradición occidental
(Descartes o Locke) sea como sujeto empírico (o sea como sujetos individuales de carne y
hueso) o como sujeto transcendental (el espíritu, la razón universal, etc.). En su lugar,
Luhmann utiliza el concepto cibernético de observador y la distinción entre observación de
primer orden y observación de segundo orden. De igual modo, Luhmann rechaza la idea de
que el conocimiento, y en definitiva, el conocimiento científico, se pueda vincular al individuo o
a la conciencia individual. Además Luhmann, al rechazar todo tipo de ontología fuerte, rechaza
la idea de que el conocimiento y, por tanto, la ciencia, reproduzca o represente en el
pensamiento el mundo real que está allá fuera, pero sin embargo, habla de realidad, sistemas
que existen realmente y de ciencia empírica.
Luhmann propone una concepción de la ciencia como sistema social -es decir, de
comunicación- autopoiético -por tanto, en evolución- que se organiza en torno a un código que
sirve para distinguir la verdad de la no-verdad o, más exactamente, para distinguir
5 Esther Díaz, (coord.) Post ciencia.
observaciones verdaderas de no verdaderas. Este sistema surge en el seno del sistema social
más amplio un momento particular en que la evolución del mismo fuerza una distinción
entre conocimiento verdadero y conocimiento falso. Hasta aquí no hay mucho que llame la
atención ni que parezca demasiado sugerente. La cosa se hace más compleja según
avanzamos y exploramos con más atención la idea de sistemas complejos en la concepción
cibernética y en particular el concepto de sistema social de Luhmann.
Vayamos con calma:
Un sistema autopoiético es el resultado de la operación de una distinción entre sistema y entorno
a partir de la cual el sistema es capaz de mantenerse mediante una serie consecutiva (evolutiva)
de acoplamientos (estructurales) con el entorno. El sistema se mantiene mientras tenga éxito en
mantener su organización interna a través de la evolución del acoplamiento al entorno, a pesar o
en virtud de sus cambios estructurales.
Se presupone que el entorno es complejo y que la relación del sistema con su entorno es en
parte un proceso de reducción de complejidad pero que a su vez genera aumento de
complejidad al interior del sistema. El acoplamiento se produce en virtud de las respuestas,
cambios o reacciones que los estímulos provenientes del entorno "gatillan" en el sistema, pero
estas respuestas, cambios o reacciones dependen exclusivamente de la organización interna del
sistema y no del entorno.
Luhmann presupone la existencia de tres tipos de sistemas autopoiéticos "reales". (Más
adelante tendremos oportunidad de ver qué es lo que él entiende por real): Sistema vivo (el ser
biológico), sistema psíquico (la conciencia) y sistema social (la comunicación). Luhmann no
examina demasiado ni el sistema vivo, pero, de manera parecida a Maturana y también a
Morin,6 entiende que ya en este nivel hay un intercambio de información entre el ser vivo y el
6 Morin, Edgar, La vida de la vida, El método III, (19__), Cátedra, Barcelona?
entorno; sin embargo, a diferencia Maturana, para quien vivir es conocer,7 Luhmann reserva la
idea de conocimiento propiamente para los sistemas psíquicos (la conciencia) y para los
sociales (de comunicación) es decir, aquellos en que el lenguaje desempeña un papel decisivo.
Por otro lado, el interés de Luhmann no se centra en los sistemas psíquicos, aunque los
presupone como entorno del sistema social. Su interés - y también el nuestro- se centra en el
sistema social ya que es ahí donde se plantea en todo su dimensionamiento la cuestión del
conocimiento y sobre todo el de la ciencia. El sistema psíquico (la conciencia) funciona como el
entorno para el sistema social (la comunicación); y también al revés, el sistema social funciona
como entorno para los sistemas psíquicos.
[Antes de seguir quiero insistir en esta distinción entre sistema y entorno: si bien el sistema
debe continuamente acoplarse estructuralmente a su entorno, realiza este acoplamiento
enteramente a partir de la formas en que su organización interna responde a los estímulos que
los acontecimientos o estímulos provenientes del entorno gatillan en él. Esto significa que el
entorno no es accesible ni directa ni indirectamente al sistema, el cual no tiene manera de
saber cómo es realmente el mundo o la realidad externa, es decir, el entorno. Es importante
recalcar esto porque, como veremos más adelante, en torno a esto es que gira una de las
paradojas del conocimiento.]
Regresando a donde estábamos: el sistema social y los sistemas psíquicos operan cada uno
opera a partir de una distinción con respecto del otro. Esta observación es importante porque
para Luhmann, como él señala insistentemente, la sociedad no está compuesta por sujetos,
individuos o sujetos psíquicos. De igual forma, y debido al cierre organizacional, el sistema
social no tiene acceso a las conciencias individuales: el sistema social es pura comunicación.
También al revés: debido al cierre operacional del sistema psíquico, la conciencia no sólo
no tiene acceso directo a la sociedad sino que tampoco tiene acceso a las demás conciencias
7Acerca del concepto de sistema vivo se puede consultar el ya citado El árbol del conocimiento de
Maturana y Varela o el volumen citado de E. Morin.
individuales. Cada sistema psíquico individual es una caja negra para los demás y para el
sistema social (la comunicación).
La explicación (o por lo menos, una explicación teórica parcial) para la emergencia del sistema
social la busca Luhmann en la situación (paradójica ella misma) de la doble contingencia (idea
que toma, al igual que muchos otros conceptos, incluyendo su versión inicial de sistema social),
de Talcott Parsons. La idea de la doble contingencia se refiere al escenario del encuentro en el
cual dos sistemas psíquicos deben actuar en una situación en que no existe norma ni
comunicación previa; por lo cual ninguno de los dos sabe cómo actuar ante el otro porque no
tiene idea de qué comportamiento tendrá el otro como respuesta. La contingencia es doble
porque cada uno de los dos se encuentra, por así decirlo, en el mismo predicamento. Cualquier
acción de parte de alguno de ellos provocará una contra-reacción de parte del otro, al
principio de manera más aleatoria pero dando lugar, eventualmente a un ordenamiento de las
reacciones.
Ahora bien, hay que tener en mente, que estamos hablando todo el tiempo de observaciones,
es decir, implícitamente, de la figura del observador. Para Luhmann, al igual que para
Maturana, todo lo dicho es dicho por un observador. Sin embargo, a diferencia de Maturana,
para quien la figura del observador aún está estrechamente vinculada a un ser vivo / psíquico
individual, en Luhmann el observador pierde ese anclaje inmediato en el ser biológico /
conciente, y aparece como una emergencia de los sistemas que operan en el lenguaje. Es
decir, para Luhmann el observador puede y (en el caso del conocimiento codificado de la
ciencia) debe ser anónimo.
Vale la pena detenerse brevemente en esta figura, (en realidad el concepto) del observador y
en la distinción entre la observación de primer orden y la observación de segundo orden. El
operar en el lenguaje permite en los sistemas psíquicos (conciencia) y en los sistemas sociales
(comunicación) la aparición o emergencia de la capacidad de observación, es decir, de realizar
operaciones de distinción o diferenciaciones acerca de su experiencia en el mundo y de lo que
percibe como el mundo. Un observador puede observar y describir e interpretar el mundo y el
sistema en que opera, y esto es precisamente lo que hace la observación de primer orden. Hay
una inmediatez en esta relación "primaria" entre el observador y lo observado por él. Pero hay
que insistir en lo ya dicho: la observación se realiza enteramente al interior del sistema y en
virtud de lo posibilitado por la organización del sistema. Es decir, la observación no puede
reproducir o representar "realmente" el entorno o el mundo exterior al sistema.
La observación de segundo orden observa al observador haciendo la operación de primer
orden. Es decir describe, reflexiona, explica mediante sus propias operaciones de distinción lo
que hace (las operaciones llevadas a cabo) por el observador en sus operaciones de primer
orden. Al igual que la primera, esta operación se lleva a cabo totalmente al interior del sistema
y no provee acceso directo y privilegiado al mundo exterior. Por otro lado, tanto el observador
como las observaciones de primer y segundo orden surgen en la misma evolución del sistema,
es decir, como parte de la complejidad que el proceso de acoplamiento estructural al
entorno genera en el sistema. Es la emergencia de la observación de segundo orden lo que
permitirá, en la evolución del sistema social, la diferenciación de un (sub) sistema especial de
conocimiento llamado ciencia.
Esto significa, desde luego, que lo que estamos considerando aquí, es decir, lo que Luhmann
ofrece como una teoría (científica) del sistema social y de la ciencia como sistema no es otra
cosa que las observaciones (de segundo orden) de un observador de segundo orden; lo cual
equivale a reconocer la existencia de otros observadores con otras propuestas teóricas. ¿No
hay aquí otra paradoja?
¿Dónde está la paradoja y en qué consiste?
Hemos visto algunas muestras de que la paradoja atraviesa, el conjunto de la teoría de
Luhmann, cosa que él reconoce expresamente y sin rodeos. En efecto, Luhmann coloca tanto
la paradoja como la desparadoxicalización como ejes de su reflexión teórica acerca de la
ciencia.
En este momento, podríamos formular la paradoja en el reconocimiento de que el conocimiento
es simultáneamente imposible y necesario. Esta paradoja se encuentra vinculada a la relación
entre el sistema y su entorno, comentada más arriba. El conocimiento es necesario -de hecho
imprescindible- para el sistema (para los sistemas que operan en el lenguaje), porque su
reproducción como sistema depende de su continuo y permanentemente exitoso acoplamiento
a su entorno. Pero es imposible porque el sistema no tiene acceso al entorno, ya que, como se
ha dicho en varias ocasiones, todas sus operaciones se dan al interior y en virtud de la
organización del propio sistema. O, dicho de otro modo, las operaciones llevadas a cabo por el
sistema como "reacción" a lo que percibe como estímulo de su entorno, depende de su
organización interna y no de las características del entorno. El sistema es ciego a su
entorno, aunque debe acoplarse continuamente a él para seguir existiendo. El hecho de que
exista y siga evolucionando es evidencia de que su relación es exitosa, es decir que "conoce"
su entorno, a pesar de que no conoce lo que conoce.
¿Cómo se resuelve la paradoja? Luhmann se aproxima a la paradoja mediante un proceso que
el llama desparadoxicalización o desparadojización, el cual resuelve la paradoja no en términos
estrictamente lógicos, sino dando cuenta de la evolución de la paradoja como parte de la
evolución del sistema. A esta cuestión se dedica el resto de la exposición.
Cognición, conocimiento y tiempo
La cognición sólo se realiza en el presente, al igual que el conocimiento sólo se actualiza en el
presente del sistema que conoce. Sin embargo ambos suponen una temporalidad en la
evolución de las relaciones del sistema con su entorno. En el nivel de la conciencia, se puede
hablar ya de la emergencia de algo así como de una expectativa de lo que ha de acontecer en
cada momento, lo que presupone algún tipo de memoria de lo que ha acontecido en contextos
similares en el pasado. El no cumplimiento de la expectativa genera una irritación del sistema
ante la cual debe producir una nueva respuesta y reajustar las expectativas. Esta distinción
expectativas/irritaciones es en sí misma generadora de conocimiento.
Hay otra distinción que según Luhmann el sistema produce: la distinción entre acción y
vivencia, más precisamente, acontecimientos/experiencias generados por acción propia (del
sistema) o acontecimientos/experiencias generados por el entorno (irritaciones, vivencias). Son
estas últimas las que generan lo que un observador puede llamar "conocimiento del mundo" y
también es a estas últimas a lo que se refiere el conocimiento científico, sobre todo el empírico.
Aunque ya este tipo de cognición/conocimiento emerge desde temprano en sistemas que
operan en el lenguaje, la aparición de la escritura abre nuevas posibilidades en la evolución del
conocimiento, entre las cuales para Luhmann son de particular importancia, entre otras, las
siguientes:
Primero, permite la separación o eliminación de la inmediatez entre el sistema individual y el
conocimiento; segundo, introduce la posibilidad de diferir en el tiempo la comunicación entre
observadores acerca de sus observaciones, (no es lo mismo tener que reaccionar en el
instante a lo que un observador dice que poderse llevar el texto para la casa y releerlo y
reflexionarlo en un período más extenso de tiempo, como estoy seguro las conferencias del tipo
que se ofrecen en este seminario ponen en evidencia). Tercero, la escritura en sí es un proceso
que toma tiempo, lo que reformula las condiciones para la reflexión e incluso para la teoría y la
filosofía. Además, permite distinguir, al registrarlos, con mayor claridad la secuencia de los
acontecimientos, permitiendo así una modificación de las nociones de tiempo. Nada de esto
cambia el hecho de que el conocimiento, en la relación del sistema con su entorno, es siempre
conocimiento actual y/o actualizado, y que tan importante para esa actualización es la memoria
(escrita o no) como el olvido. Como se ve, lo que está detrás de este análisis es la idea de que
el conocimiento y también la ciencia se dan como parte de la evolución de las relaciones entre
el sistema social y los sistemas psíquicos, siempre tomando en cuenta que son recíprocamente
parte del entorno de cada cual. Es decir, el conocimiento ocurre como parte de esa evolución
pero no es obra de ninguno de los dos, y mucho menos de sujetos o personas individuales.
La verdad, el conocimiento científico y el sistema social de la ciencia.
Se desprende de lo dicho anteriormente que para Luhmann la verdad no es ni puede ser la
realidad del mundo revelada. Tampoco se trata de la adecuación del pensamiento o la teoría a
la realidad, si por realidad se entiende el mundo exterior al sistema. Y tampoco se trata de una
adecuación o acoplamiento particularmente exitoso del sistema a su entorno ya que para este
autor, al igual que para Maturana, no hay acoplamientos más exitosos que otros: si existe como
sistema está acoplado. En palabras de Maturana: en la evolución no hay sobrevivencia del más
apto, sino simplemente del apto.
Y sin embargo, para Luhmann la verdad no es relativa. Para este autor la verdad es apenas un
medio o código surgido en la evolución del sistema social para distinguir verdad de no verdad, y
es la aparición de este código lo que da lugar a la emergencia de ese sistema autopoiético,
llamado ciencia, que se organiza en torno de él.
En efecto, en periodos anteriores de la evolución del sistema social (recordemos que esto lo
dice un observador), y también en la vida cotidiana en la actualidad, el conocimiento era
siempre verdadero, en el sentido de que no había emergido aún, de manera autónoma, un
código para distinguirlo de lo no verdadero. Las irritaciones producidas por acontecimientos que
no se ajustaban a las expectativas podían ser reacomodadas o rearticuladas en el sistema de
las expectativas del sistema, y no forzaban la aplicación de un código especial (el cual por lo
demás no existía aún o no estaba a disposición del sistema. Por ejemplo, sucede cuando en
una conversación con otra persona uno escucha algo que no espera o no entiende: hay un
intento de rearticularlo dentro del conjunto de significados y sentidos que el lenguaje y la cultura
nos ofrece. Se trata en estos casos de observación de primer orden. Es sólo con la
emergencia de la observación de segundo orden que se puede plantear en realidad la
posibilidad o la necesidad de introducir y aplicar una distinción del tipo verdadero / falso o
verdad / no verdad a las observaciones hechas por un observador. Y también es sólo en un
sistema social propiamente dicho que se puede hacer esto, porque se trata de una
operación que tiene que hacerse en el sistema de comunicación y no en el sistema de la
conciencia. En este sentido, el conocimiento (científico) tiene que ser comunicación y no puede
ser o pertenecer al ámbito de la conciencia. El hecho de que los sistemas psíquicos
individuales sirvan como entorno del sistema de comunicación genera la ilusión de que el
conocimiento es, como se dice frecuentemente, un fenómeno intersubjetivo.
La ciencia es entonces un sistema social (de comunicación) que se auto-organiza y se autoproduce
en torno a un código que distingue verdad de no verdad, el cual surge en la evolución
del sistema social más amplio. En virtud de la distinción entre acontecimientos / experiencias
atribuibles a la acción propia del sistema y acontecimientos / experiencias atribuibles a la
vivencia, es decir, percibidos por el sistema como motivados por el entorno, el sistema ciencia
privilegia el examen de estos últimos, por lo cual la ciencia parece ocuparse del mundo exterior;
y además, como tiene que adjudicar la veracidad o no veracidad de las observaciones, se
define a sí misma como empírica, es decir interesada en aquello que se experimenta como
proveniente del exterior del sistema y no de su interior. El empirismo es la confusión de lo
empírico por la realidad misma. Lo paradójico es que a partir de la distinción verdad / no verdad
la ciencia se embarca en un proceso cada vez más complejo de establecimiento de
distinciones, es decir, de desarrollo de conceptos, es decir de desarrollo de teoría para dar
cuenta del proceso mismo de evolución del conocimiento. Incluso cuando la ciencia parece
estar meramente refinando o mejorando su panoplia de instrumentos de observación
empírica, se ve obligada a establecer realizar nuevas distinciones, es decir a elaborar más
conceptos y más teorías. Con lo cual no se aleja más de su entorno, pero sí se revela la
ingenuidad de concepciones de la ciencia que ven el conocimiento como un reflejo de la
realidad que está ahí fuera.

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