sábado, 1 de noviembre de 2008

SEMANTIQUE ET RECHERCHES COGNITIVES

RASTIER, FRANÇOIS (1991)

INTRODUCCION

1. El objetivo: aclarar los aportes de la investigación cognitiva a las ciencias sociales, en especial a la lingüística y evaluar la investigación cognitiva desde el punto de vista de la lingüística (9)

2. En el campo de lo simbólico, la lingüística se aproxima a la psicología y a esa parte de la Inteligencia Artificial (IA) que manipula los símbolos lingüísticos (10)

3. La primera sección de esta obra se referirá a la epistemología para abordar estas preguntas convergentes:
i/ la investigación cognitiva es interdisciplinaria; ¿cuáles son los modos de su interdisciplinaridad?
ii/ toma por objeto al conocimiento, uno de los objetos tradicionales de la filosofía. ¿Puede ser científica una gnoseología?
iii/ ¿Cuál es el rol del lenguaje y de las lenguas en el conocimiento? Subsidiariamente, ¿compete esta pregunta a la lingüística?
iv/ como el problema del sentido ha estado detenido largo tiempo por la filosofía, ¿con qué condiciones puede constituirse la semántica en disciplina científica? (11)

4. Para establecer lo que aportan las investigaciones cognitivas es necesario evaluar los resultados recientes a la luz de las problemáticas que los han producido y en relación a aquellas a las que superan. Las investigaciones cognitivas prosiguen o rechazan una tradición filosófica milenaria. Acudiremos con frecuencia a la historia de las ideas. No trataremos la filosofía de la mente que hereda muchos pecados de la filosofía analitica (11)

5. Elegiremos temas que ejemplifican las relaciones complejas entre la semántica lingüística y las disciplinas conexas; esto concuerda con nuestra concepción de la interdisciplinaridad.
El tratamiento de estos temas ilustran cuatro tesis que atraviesa la obra:
i/ la lingüística es una disciplina descriptiva y parcialmente predictiva. Como todas las ciencias sociales, puede utilizar las matemáticas y la lógica, pero no puede apuntar a la axiomatización
ii/ si eso se admite, un racionalismo empírico es la posición filosófica que más conviene a la actividad teórica del lingüísta. Le permite pensar la multiplicidad de las determinaciones propias de los hechos culturales. Nuestro escepticismo (respecto de los conocimientos universales) concuerda con la tradición empirista que siempre ha subrayado el carácter relativo del conocimiento (mientras que el racionalismo dogmático toma como parangón las verdades matemáticas)
iii/ Puede intentarse fundar en la naturaleza (cerebro, genes) las regularidades lingüísticas, pero el problema científico no reside tanto en la unidad de las lenguas y de sus semánticas como en su diversidad (12). La actuación lingüística consiste en adaptarse a una situación cuyos parámetros escapan al paradigma calculatorio. Teniendo en cuenta la adaptación que requiere esta actuación, nos ubicamos en una perspectiva ecologica (en el sentido de Gibson) más que lógica, la que viene exigida con creciente insistencia por los investigadores cognitivistas
iv/ la filogénesis de las lenguas y de las significaciones no impide que sean formaciones históricas; esto permite integrar la lingüística histórica para poder superarla en una lingüística pancrónica (13)

6. Las ciencias de este siglo estan marcadas por un fundamentalismo general, del cual el cognitivismo clásico es una de sus expresiones. En las ciencias de la vida se observa el desarrollo de la biología molecular y el relativo descrédito de la cladística y del repertorio siempre inacabado de las especies (13). El fundamentalismo favorece el reduccionismo teórico; refleja el anticipo de un mundo cuya riqueza cualitativa habrá desaparecido. El verdadero desafío para las ciencias consiste en no satisfacerse con lo universal sino dar cuenta también de las diversidades (14)

7. De todos los sectores de la lingüística, la semántica es sin duda aquél donde el problema de la diversidad se plantea más crucialmente y con menor nitidez. Hemos adoptado la problemática semántica más sensible a las diversidades, la semántica diferencial. Los debates actuales sobre lo subsimbólico trasponen al plano de las representaciones mentales algunos de los temas principales (de la semántica diferencial) acerca de la variación contextual y la no-composicionalidad del sentido (14). Conviene dicutir la reducción de lo semántico a lo mental y las relaciones de los significados lingüísticos con los conceptos, por una parte, y con las imágenes mentales, por otra. Introducir o mantener estas distinciones fundamentales permite definir la autonomía relativa de lo simbólico. Esta propuesta supera, además, a la semántica propiamente dicha e interesa a toda la semiótica. Pero la semiotica parece ser el dominio por excelencia donde se juega la articulación entre las investigaciones cognitivas y la lingüística como ciencia social. Se trata sin duda del porvenir de las ciencias sociales en su conjunto, pero también de las propias investigaciones cognitivas. Formularemos críticas a los postulados del cognitivismo ortodoxo, ubicándonos en el punto de vista de una semiótica de la cultura, que todavía no es una disciplina autónoma. Las investigaciones cognitivas ganarían teniendo en cuenta los factores culturales, al menos para dar cuenta de las especificidades de la cognición humana; una semiótica de las culturas no debería evocar mas que con suma prudencia la mente humana (15)











SECCION PRIMERA: HISTORIA Y EPISTEMOLOGIA (17)
Capitulo I: Las Investigaciones Cognitivas (19)

1. Posiciones

a/ ¿Existe una ciencia cognitiva? Transcripción de la definición de Le Moigne: "campo disciplinario definido (a partir de 1977) autónomamente por su objeto -el estudio de los procesos cognitivos en general, naturales y artificiales- y por su modo de constitución: la interacción organizada y organizante de determinadas disciplinas destinadas a conocer los procesos cognitivos (disciplinas pertenecientes tanto a las "ciencias duras" como a las "ciencias blandas"): ciencias de la computación e informática, lógica, lingüística, psicolingüística, psicología cognitiva, neuropsicología y neurociencias, psicologías sociales y ciencias de la comunicación, socio-antropología, economía, sistémica y epistemología. La cognición, el acto de conocer se define mediante el conjunto de los procesos cognitivos, naturales y artificiales, observables. No se reduce al conocimiento, que se define como el resultado producido por un proceso cognitivo"(19) y su crítica:
i/ un campo interdisciplinario no se confunde con una ciencia. Mejor que hablar de ciencia es hablar de investigaciones cognitivas;
ii/ la lista de disciplinas mencionadas es al menos heterogénea y suscita muchas preguntas en cuanto a sus interrelaciones;
iii/ la insistencia acerca de la cognición natural y artificial deja entender que los seres vivientes y las máquinas podrían conocer de manera comparable (postulado funcionalista; supone una concepción maximalista de la simulación: lo que ocurre en el ser vivientes y en la máquina que lo simula pretenecería al mismo orden de realidad)

b/ Si no existe una ciencia cognitiva, regresemos a las ciencias cognitivas. ¿En qué consisten los aspectos cognitivos de la informática, la psicología cognitiva y la lingüística? Los de la informática son los de la tecnología de la Inteligencia Artificial; la psicología cognitiva no es una disciplina autónoma y no trata todos los aspectos de la cognición; respecto de la lingüística aclaremos el rol del lenguaje en la cognición (20)

2. Geografía de la investigación cognitiva (21)
El informe sobre el estado del arte, encargado en 1978 por la Fundación Sloan, proponía el diagrama siguiente:



















Filosofía




Psicología Lingüística






Inteligencia Antropología
artificial

Neurociencia


: vínculos interdisciplinarios fuertes
: vínculos interdisciplinarios débiles

Con esto, los autores resumían una opinión generalizada comentándola: "Lo que hizo que existiese este campo fue un objetivo común de investigación: descubrir las capacidades representacionales y computacionales de la mente y su representación estructural y funcional en el cerebro" (21)




















Le Moigne presenta una nueva versión, más detallada y muy diferente:




Epistemología




Psicología e Lingüística




d
c

Ciencias de la b Ciencias sociales
computación e (comunicación,
Inteligencia decisión, economía,
artificial a antropología)


Neurociencias

(a) Cibernética
(b) Neurolingüística
(c) Neuropsicología
(d) Lingüística computacional
(e) Psicolingüística (22)


Represento (Rastier) las relaciones interdisciplinares vigentes, con independencia de las que podrían o deberían establecerse:

CONOCIMIENTOS C
O
G
N
I
C
I
O
N
SIMBOLOS

Lingüística 1 Psicología
cognitiva


IA


Informática














SEÑALES

Lingüística 2 Neurociencias
Fonética
Grafémica
Tratamiento
de las señales



Electrónica

Algunos comentarios:
El espacio de las señales y el de los símbolos se distinguen por una oposición semiótica: un símbolo (un signo lingüístico, por ejemplo) es una unidad compuesta por un significante y un significado; una señal es una magnitud física que puede interpretarse, pero a la que no puede asociarse ningún significado específico (23). El cognitivismo trata con preferencia los símbolos; el conexionismo obtiene sus mejores resultado en la percepción automática de las señales. La lingüística se extiende a los dos planos, simbólico y "subsimbólico". Las relaciones entre entidades simbólicas constituyen los conocimientos. En este espacio se sitúan las representaciones y los razonamientos acerca de estas representaciones; también se sitúa aqui el problema de la representación de los conocimientos (24).


3. Historiografía de la investigación cognitiva (25)

3.1. Nacimiento de una problemática
Recordemos tres hechos decisivos:
(i) En el verano de 1935, el joven matemático Alan Turing encuentra una respuesta al problema de la decisión, planteado por Hilbert en 1928. Una máquina, capaz de leer y escribir los símbolos de una cadena ilimitada de casos, a condición de que determinados símbolos puedan leerse como instrucciones de cambio o de direccionamiento de otros símbolos. Turing afirma que dicha máquina de calcular ya puede construirse.
(ii) En 1937, Shannon, estudiante en el MIT, se propuso representar "las leyes booleanas del pensamiento" mediante circuitos electrónicos. Las ideas de Turing y de Shannon se concretaron rápidamente, durante la guerra, con la construcción de las primeras calculadoras.
(iii) En 1943, un neurofisiólogo y neuropsiquiatra, Warren McCulloch, junto con el joven matemático W.Pitts, publicaron un artículo titulado "Un cálculo lógico de las ideas inmanentes a la actividad nerviosa". Definen, en él, las neuronas formales (constituidas por circuitos electrónicos elementales de dos estados) organizadas en redes para producir el cálculo booleano y reproducir -así lo creían- la actividad del cerebro.







Esta problemática permanece vigente; estos son sus polos: (26)

ESTRUCTURA




MENTE MAQUINA
DE TURING





CEREBRO CIRCUITO
ELECTRONICO
ARQUITECTURA
(i) La mente se reduce al pensamiento racional y el pensamiento racional al pensamiento lógico y la lógica a la lógica booleana. Para este racionalismo restringido, las leyes del pensamiento se reducen a los principios de identidad, de no-contradicción y de tercero excluido.
(ii) La máquina de Turing es un autómata abstracto, teórico, definido con independencia de toda realización material. Por su cinta ilimitada desfilan los casos vacíos y los marcados con una barra (slash).
(iii) La actividad de los circuitos electrónicos (relais y conmutador) se reconduce a la combinación de los dos estados fundamentales: la corriente pasa o no pasa.
(iv) La actividad del cerebro se presenta restrictivamente: no se trata más que de neuronas y, además, en terminos de todo o nada (la descarga neuronal ocurre o no).














Las relaciones entre las cuatro entidades del esquema descansan en la homologación de sus dos estados fundamentales:

1. Pensamiento (lógico) verdadero falso

2. Máquina de Turing barra en blanco

3. Circuito electrónico paso de no paso de
corriente corriente

4. Cerebro activación inhibición

Esta problemática tiene una nauraleza evidentemente filosófica (27). Pero su carácter dominante es mecánico: si puede reproducirse el funcionamiento de la mente y/o del cerebro mediante una máquina, es porque son máquinas naturales o, al menos, porque no hay nada esencial que separe a lo biologico de lo artificial.
Esta es la tesis subyacente en el proyecto cibernético.
La construcción de las primeras calculadoras simplifica la problemática: una máquina de Turing se materializa en circuitos electrónicos. La arquitectura elegida es la de la máquina con programa registrado, llamada de von Neumann.
A partir de entonces, los debates giran en torno a tres polos: (28)



MENTE Paradigma cognitivista
(lógica)

COMPUTADORA
(informática)

CEREBRO Paradigma conexionista
(neurofisiología)



3.2. Periodización
1. Después de la época heroica de los Fundadores y de la construcción de las primeras calculadoras (1937-1945), se distinguen esquemáticamente tres períodos:
(i) La cibernética (1946-1956) reune toda clase de teorías acerca de la comunicación, la información y la regulación de los sistemas naturales o artificiales.
(ii) La cibernética se continúa en la Inteligencia Artificial (Marvin Minsky) (1956-1974) (29)
(iii) La expresión "cognitive science" aparece comprobadamente por primera vez en 1975 (en el subtítulo: "Studies in Cognitive Science", de una recopilación editada por D. Bobrow y A. Collins). En 1977 comienza la publicación de Cognitive Science.
(iv) Durante estos últimos años se desarrolla el debate de cognitivistas y conexionistas (30).

2. Con la Inteligencia Artificial, en la década 1955-1965, la lingüística toma una importancia creciente entre las investigaciones cognitivas. No sólo porque el chomskysmo es protagonista (se trata de la primera teoría lingüística cognitivista en sentido estricto), sino porque se constituyen dos subdisciplinas conexas con la lingüística:
La informática lingüística es una rama de la informática especializada en el tratamiento automático de las lenguas. Sus tres áreas principales son el análisis y la síntesis del habla, el diálogo hombre-máquina y la traducción automática.
La psicolingüística, en principio, se fijó como objetivo comprobar, por métodos experimentales, la validez de las teorías lingüísticas, pero extendió su campo de investigación a todas las formas psicológicas de adquisición, uso y pérdida del lenguaje.

3. Las historiografías de la investigación cognitiva rivalizan entre sí, pero concuerdan implícitamente en tres puntos esenciales:
(i) Existe una ciencia cognitiva de la que la lingüística sería uno de los sectores. (La investigación cognitiva ocupa un campo interdisciplinario; la lingüística participa pero conserva su autonomía.
(ii) La ciencia cognitiva se funda en los años cuarenta. (Las investigaciones sobre la cognición son, al menos, seculares, en lo que respecta a la ciencia, o milenarias, en lo que respecta a la filosofía) (32). El privilegio que se atribuye a los años cuarenta no se justifica más que si se erige a la computadora como figura tutelar de cualquier investigación sobre la cognición.
(iii) La historiografía espontánea de la investigación cognitiva acuerda un privilegio exorbitante al chomskysmo, relegando a las otras teorías lingüísticas al rango de precursoras. Esto no se justifica, ya que la investigación cognitiva no concierne a la lingüística más que en algunos aspectos.

Actualmente continúan desarrollándose tres historias diferenciadas en la investigación cognitiva:
(i) Las relaciones de la lingüística con la psicología se anudaron a mediados del siglo pasado.
(ii) Las relaciones de la lingüística con las neurociencias remontan a fines del siglo pasado.
(iii) Los vínculos entre la lingüística y la Inteligencia Artificial se establecieron en el curso de los años cincuenta.
En resumen, las relaciones de la lingüística con estas tres disciplinas o grupos de disciplinas han contribuido a constituir la problemática de las investigaciones cognitivas (33).


4. Los postulados de la investigación cognitiva

La investigación cognitiva reposa sobre dos postulados filosóficos que transformará en tesis científicas.
1. El dualismo tradicional entre mente y cerebro debe restringirse hasta, incluso, desaparecer. La mente y el cerebro pertenecen al mismo 'estrato del ser' o nivel de realidad. Este postulado monista parece materialista (¿y reducionista?; involucra a la percepción).
2. El hombre puede simular artificialmente los procesos mentales. Esto puede interpretarse de diversas maneras:
(i) la interpretación minimalista se limita a simular las 'salidas' sin preocuparse por reproducir las operaciones de las que procede;
(ii) más ambiciosamente, puede estimarse que, para producir 'salidas' comparables, es necesario simular, en cuanto se las conozca, las operaciones mentales de las que provienen (cooperación entre informáticos y psicólogos o neurofisiólogos);
(iii) aquí aparece la interpretación maximalista del segundo postulado de la investigación cognitiva: para simular, tan fielmente como sea posible, el funcionamiento cerebral es necesario tratar la información mediante redes de neuronas formales (34). Este es el principio de los modelos conexionistas.
La noción de simulación puede entenderse de tres modos principales, correspondientes a tres grados crecientes de fidelidad: en el primer grado, la cooperación entre la lingüística y la informática puede ser suficiente; en el segundo, la colaboración con la psicología se hace necesaria; en el tercero, es necesario recurrir a las neurociencias.

3. Se acepta, por lo general, un tercer postulado, de naturaleza gnoseológica: el conocimiento es una representación simbólica de lo real. Si se acepta, con Descartes, que pensar consiste en operar sobre tales representaciones y, con Hobbes, que la forma superior del pensamiento, el razonamiento, se reduce a un cálculo, entonces una máquina que opere sobre símbolos será capaz de razonar sobre los conocimientos. Esto sostiene la comparación entre el cerebro y la calculadora considerados como sistemas materiales de cálculo acerca de las representaciones simbólicas.

Este tercer postulado subyace en el proyecto de simulación, que aparece en la version maximalista del cognitivismo, tanto en Inteligencia Artificial como en psicología cognitiva: se conocerá verdaderamente el funcionamiento del cerebro cuando se lo pueda simular por las máquinas que manejan símbolos.

Esto platea una multitud de cuestiones de orden epistemológico; expondremos dos:
1) La noción de conocimiento juega un papel central en la investigación cognitiva (35). Pero la investigación cognitiva, hasta el momento, se ha organizado entorno de una gnoseología espontánea que permanece, en gran medida, implicita.
2) La regulación de las relaciones entre las disciplinas en el ámbito de la investigación cognitiva requiere otras precisiones. En primer lugar, el estatuto de estas disciplinas es desigual. La Inteligencia Artificial no es una ciencia; lo contrario perpetúa este error banal: creer que la aplicación que 'funciona' bajo la forma de un sistema de Inteligencia Artificial valida, por sí misma, los conceptos teóricos que presidieron su aplicación; o sea, si un concepto es técnicamente operativo, ello no lo hace operativo en la teoría (36).


5. Los dos paradigmas

1. Al cognitivismo y al conexionismo se los puede asociar a dos tipos de filosofía (filosofía analítica y fenomenología), a dos ontologías implícitas (pensamiento acerca de lo discreto y acerca de lo continuo) o a dos poéticas (metáfora de la computadora y del cerebro).

Entenderemos por cognitivismo el cognitivismo ortodoxo y especialmente la 'escuela del MIT', cuyos maestros más destacados continúan siendo Chomsky en lingüística y Fodor en psicología cognitiva. Al criticarlo, no pretendemos condenar a la Inteligencia Artificial en cuanto tal.

2. Para el paradigma COGNITIVISTA, las investigaciones cognitivas parecen tener un objeto común, los conocimientos. Este objeto, sin embargo, no pertenece al tipo de objetos de una ciencia. Se trata más bien de un tema recurrente (37): (i) la psicología cognitiva trata preferentemente el razonamiento, las inferencias a partir de los conocimientos, su almacenamiento y su demanda; (ii) la Inteligencia Artificial se aboca al problema de la representación de los conocimientos; (iii) la lingüística le propone modelos para hacerlo.

En este paradigma, el conocimiento es un proceso de representación concebido como una traducción simbólica:
(i) El mundo está compuesto de cosas y de estados de cosas.
(ii) Los conocimientos son las representaciones simbólicas de estas cosas y de estos estados de cosas.
(iii) La Inteligencia Artificial, la lingüística y la psicología tienen como tarea específica construir las representaciones simbólicas de los propios conocimientos, como para poder intervenir en esas representaciones

Este paradigma aplica un concepto traduccionista del sentido: el sentido de un símbolo es su traducción en otros símbolos o, más exactamente, lo que tiene de común con su traducción.

Además, el propio pensamiento se asimila a un lenguaje. De dónde, la tesis de que una representación mental es una secuencia de símbolos de un lenguaje mental, descrito como una especie de lenguaje formal. Este postulado resulta necesario para integrar al pensamiento en una superposición de representaciones simbólicas que se traducen sucesivamente. La imagen del proceso de conocimiento que se impone por tanto es la de la transducción o sea, de la compilación: "traducción" de secuencias de símbolos en otras secuencias de símbolos y, más precisamente, de lenguajes de alto nivel en lenguajes de bajo nivel. Conocer sería, a fin de cuentas, transformar los objetos en bits.

En lo que concierne a la lingüística, este dispositivo teórico entraña dos consecuencias importantes: (i) el sentido lingüístico es, en último análisis, denotativo: los símbolos lingüísticos designan los objetos del mundo (38); (ii) la tarea de la lingüística consiste en representar los símbolos de las lenguas naturales mediante los símbolos de los lenguajes formales (lo que permitiría claramente la posibilidad de implantes informáticos).

3. En la medida en que se lo puede caracterizar de modo general, el paradigma CONEXIONISTA se organiza en torno de la cognición entendida como formación, aprendizaje y búsqueda de conocimientos. Cognitivo vale para toda interacción compleja del organismo con su medio y no sólo para la actividad mental llamada superior, la que se considera que culmina en el hombre con los lenguajes. Las investigaciones cognitivas se abren a las neurociencias. Se amplía la noción de conocimiento:
(i) Los conocimientos no se definen como representaciones. Se rompe con la teoría del reflejo.
(ii) Los conocimientos no son necesariamente conscientes o accesibles. El cerebro no se limita al cortex, ni el sistema nervioso al cerebro.
(iii) A fortiori los conocimientos no son necesariamente conceptuales. Se mencionará, con toda naturalidad, un "nivel subconceptual".
(iv) A fortiori también, los conocimientos no son necesariamente de naturaleza simbólica. Veremos, en SMOLENSKY, la noción de "nivel subsimbólico"

El conexionismo se dedica especialmente al problema de la percepción (biológica o artificial). Concede una importacia crucial al contexto (en el sentido no lingüístico del término) espacial, temporal e, incluso, intencional: toda percepción de un fenómeno depende estrechamente de su entorno; depende también de factores temporales y evoluciona con el tiempo; está determinada por una finalidad (pulsión de un organismo, intención de un individuo, objetivo de una aplicación). La informática pierde su posición de privilegio en beneficio de las neurociencias.

La revolución, en especial, en Inteligencia Artificial: ya no se (39) programa una máquina, se la "condiciona"; no se escriben reglas, se especifican los vínculos entre "neuronas formales"; no se obtienen resultados (o al menos secuencias de símbolos interpretados como resultados), se localizan activaciones temporarias o estables de determinadas partes de una red.

La ontología espontánea del conexionismo no es logicista sino "fisicista": el objeto no es una entidad discreta y dotada de una entidad en sí misma, sino una singularidad en un espacio continuo, en el cual la recopilación de datos puede variar indefinidamente.

4. Las ontologías espontáneas buscan el apoyo de las filosofías explícitas.

El COGNITIVISMO ortodoxo es digno heredero de la filosofía lógico-positivista tal como se la encuentra en el primer WITTGENSTEIN, RUSSELL y CARNAP en especial. Esta filosofía creó las condiciones teóricas para el concepto de la calculadora, cuya figura tutelar reina sobre el imaginario cognitivista.

Por contraste, los partidarios del CONEXIONISMO se apoderaron de algunas formas de la fenomenología (la llamada existencial -HEIDEGGER-e, incluso, existencialista -MERLEAU-PONTY-). Han seguido los pasos de H. Dreyfus, en su critica radical de la Inteligencia Artificial e, incluso, del positivismo lógico. Sin embargo, la fenomenología heideggeriana es antitecnológica, mientras que el conexionismo constituye, en principio, un modo de implantación informático (40).

5. Las dos metáforas contrastadas: para el COGNITIVISMO, el polo metafórico es la computadora. El desafío consiste en reducir la cognición a operaciones automáticas sobre símbolos y, consecuentemente, las investigaciones cognitivas se reducen a la informática. Conciben la mente a semejanza de los programas informáticos. Así, la modularidad de los sistemas informáticos se corresponde con la supuesta modularidad de la mente (41) (42)

A esto, los CONEXIONISTAS responden con la metáfora neuronal; pero, por la admirable simplicidad de los sistemas conexionistas, la imagen del cerebro se reduce a una caricatura anticuada.

La metáfora cognitivista mente --> computadora y la metáfora conexionista computadora --> cerebro permiten interpretar, a poco que se lo reflexione, que la materia piensa y que la dualidad mente y cerebro debe eliminarse. Queda la comparación recíproca cerebro <---> computadora; ahí reside (43) la connivencia secreta de ambos paradigmas, con la diferencia de que el COGNITIVISMO piensa el cerebro a semejanza de la computadora y el CONEXIONISMO la computadora a semejanza del cerebro.

6. El origen de esta connivencia reside en la extensión de la noción de información. Los dos paradigmas cognitivos afrontan el mismo dilema. O bien el concepto fundador de información se convierte en una noción vaga que designa todas las formas de comunicación y hasta de interacción, incluido el nivel biológico, o bien el concepto de información conserva su contenido técnico (por oposición a redundancia) y abarca a los receptores electromecánicos con capacidad de cálculo. La información así concebida no puede describirse más que mediante el lenguaje de la física matemática.

Esta concepción de la información, que comparten ambos paradigmas, esta en la base de su común funcionalismo. PUTNAM (1975) definió la noción de funcionalismo, considerando que el programa de Inteligencia Artificial está en vías de realizarlo: ya que la identidad entre (44) hombres y máquinas no reside en el hardware (lo material), PUTNAM se vuelve hacia el software (los algoritmos): todos los seres susceptibles de inteligencia, máquinas, humanos, marcianos incluso, serían capaces de realizar las mismas clases de programas. El funcionalismo permite, así, encontrar una nueva solución al problema de las relaciones entre la mente y el cuerpo.

El funcionalismo, pese a que FODOR lo niegue, reformula evidentemente el dualismo tradicional. Traspasada al plano filosófico, la distinción entre soft y hard replantea la separación entre la mente y la materia; no en general, sino como la oposición entre la forma y la sustancia (o sustrato material). En efecto, las "funciones inteligentes" invocadas dependen de comportamientos racionales, pero lo racional aquí se identifica con lo formal. Así, el funcionalismo es una especie de formalismo, es decir una de las ramas del idealismo (45)

Para resolver las dificultades que se derivan de esto (p.e., el solipsismo metodológico), algunos CONEXIONISTAS (SMOLENSKY, 1988) propusieron la noción de nivel subsimbólico. Tiene un rol de mediación entre lo simbólico y lo físico por una parte y lo simbólico y lo biológico por otra.

Entre los COGNITIVISTAS, la ruptura ancestral se rearticula de tres modos diferentes pero complementarios: (i) por la separación entre signo (i.e., significante) y concepto; (ii) por la separación entre semántica y sintaxis, concibiendo a la sintaxis como la organización de los significantes y a la semántica, en una perspectiva mentalista, como la interpretación, en sentido lógico, de esos significantes por los conceptos; (iii) en fin, al estar los propios conceptos organizados en un lenguaje mental, la división entre lenguaje "exterior" y lenguaje mental transfiere a un plano superior la división entre significante y concepto.

7. Mas alla de las poéticas y de las filosofías, la informática no trabaja metáforas, sino estructuras de datos. El enfrentamiento de los dos paradigmas se reduce a la competencia entre dos modos de tratamiento de datos (lo que entraña diferencias en los modos de implantación y entre los tipos de arquitectura).

En el prefacio (1988) de la nueva edición de su célebre Perceptrons (1969), MINSKY y PAPERT proponen esta lista de oposiciones:

simbólico conexionista
lógico analógico
secuencial paralelo
discreto continuo
localizado distribuido
jerárquico heterárquico
cerebro izquierdo cerebro derecho

Reenviando los hemisferios cerebrales a su lugar, esta lista destaca adecuadamente las principales diferencias entre los dos modos de tratamiento (47) (48)




Capitulo II. Los desafios para la linguistica

1. ¿Qué lingüística para la investigación cognitiva?

Es necesario precisar en qué sectores de la lingüística se interesa la investigación cognitiva.

1. (i) La lingüística histórica está totalmente ausente.

(ii) La lingüística comparada está representada, en su forma contrastativa más simple, en las investigaciones sobre traducción automática, en especial en aquellas que no recurren a las interlenguas.

(iii) La lingüística descriptiva (sincrónica) está solicitada por las restantes ramas de la Inteligencia Artificial: análisis y síntesis del habla, diálogo hombre-máquina. La psicología cognitiva y las neurociencias acuden a algunos elementos de la lingüística descriptiva pero sólo para ilustrar sus tesis sobre el lenguaje, no sobre la lengua (49) considerada. Estas disciplinas tratan de explicar los aspectos universales del tratamiento mental y cerebral del lenguaje.

Pero de todas formas, las teorías lingüísticas salen de todo esto transformadas, con frecuencia simplificadas y quizá completadas. Las aplicaciones proponen problemas imprevistos, desapercibidos (50)

2. (i) El análisis del habla plantea el problema de la percepción automática. Por ello, los métodos cognitivistas, que se inspiran en las neurociencias, comienzan a registrar, en este dominio, notables progresos.

(ii) La traducción automática está curiosamente ausente. Puede invocarse el malestar creado por el informe ALPAC y los prejuicios tenaces que ha suscitado. Sin embargo, los desafíos cognitivos de la traducción automática son importantes, al menos para los sistemas que exigen la construcción de una interlengua independiente de las lenguas fuente y objetivo.

(iii) Por el contrario, el diálogo hombre-máquina concita mucha atención. Plantea el problema del contexto no-lingüístico y, en especial, el de la situación de comunicación; abre posibilidades teóricas indefinidas para simular la inteligencia, como lo sugiere el test de Turing (51).


2. Cognitivismo ortodoxo y gramáticas universales

1. Es necesaria una gramática universal (formal) que se asocie al cognitivsmo ortodoxo (Chomsky, Shaumjan, Montague) (52). Sobrepasa a la lingüística y se constituye en una semiótica.

2. Para asegurar su universalidad y limitar las variaciones culturales, las gramáticas universales recurren a dos postulados (53)

(i) El postulado de la identidad de la lengua consigo misma; implica la negación de las variaciones diestráticas, diatópicas y diacrónicas.

(ii) Un segundo postulado termina de disocializar las lenguas: el de la autonomía. Un lenguaje natural es un sistema de representaciones autónomo (54). Para explicar distintas situaciones se endurece la oposición gramatical/lexical (55). Reconocer que la lingüística es una ciencia social es permitir que las investigaciones cognitivas traten la dimensión social de la cognición humana.

3. Cuidémonos de una objeción muy extendida: en función de una teoría 'progresista' de los tres estadios epistemológicos, cada disciplina científica pasaría sucesivamente del estadio descriptivo al estadio predictivo (donde se llega a formular leyes) para alcanzar su culminación en el estadio formal (56). Esta concepción de la cientificidad conduce a la gramática universal (57). La lingüística, surgida en la primera mitad del siglo XIX, aplica un concepto completamente distinto de cientificidad; en todo caso, la universalidad reside en el método y no, necesariamente, en el objeto.

Si bien la ciencia de las lenguas escapa al dilema universal/singular, puede plantearse la diferencia entre general y particular; es posible conferir estatuto científico a las lingüísticas particulares.

La misión tipológica de la lingüística le exige reconocer hechos y leyes que no sean ni generales, ni particulares; los conocimientos lingüísticos escapan a lo verdadero o lo falso, al todo o nada; son del orden de lo plausible. La ciencia del lenguaje deja de ser deductiva, en cuanto rechaza el apriorismo. Aplica un racionalismo empírico que puede caracterizarse como a posteriori.

4. Las rupturas epistemológicas no son ni repentinas ni irreversibles y los proyectos contemporáneos de gramáticas universales apelan a la tradición que comienza con los Modistas.

Peirce, al formular su proyecto de gramática pura, que nos parece ser el primer proyecto de gramática universal formal en cuanto puramente sintáctica en el sentido lógico del término, se refiere explicitamente a la gramática especulativa de Duns Scot. También Chomsky podría apelar a los Modistas. Lo esencial es que apela a un racionalismo dogmático. Hoy día, las críticas contra el cognitivismo ortodoxo (58) se concentran contra el racionalismo en general, como si no existieran otras formas de racionalismo que la concepción chomskyana y fodoriana de la racionalidad; y como si la única alternativa residiera en la fenomenología heideggeriana.

Las gramáticas universales contemporáneas se diferencia de sus antecesoras:
(i) las de Chomsky y Shaumjan se fundan en la tesis explícita de una facultad biológica del lenguaje y no sobre la razón (en lo que se opone de hecho al racionalismo cartesiano);
(ii) pueden apoyarse sobre la teoría de los lenguajes formales y utilizar lógicas más ricas (cálculo de predicados en Chomsky, cálculo-lambda y lógica intensional en Montague, lógica combinatoria en Shaumjan);
(iii) establecen, mediante la simulación informática, una nueva relación -en gran medida ilusoria- con los hechos empíricos.

5. ¿Sería, por consiguiente, necesario considerar a la lingüística y a los otras ciencias sociales, como saberes empíricos teorizados?

Lo importante continúa siendo que los prejuicios formalistas no impiden que las ciencias cognitivas dominen, en su seno, las relaciones entre las ciencias naturales, las ciencias de la vida y las ciencias sociales, así como entre las formas de cientificidad que les son propias.

Los debates en el interior de las investigaciones cognitivas ilustran los conflictos entre tres tipos teóricos fundamentales, que podrían designarse, siguiendo la terminología de J. LADRIERE, tipos formal (ej. matemáticas), empírico-formal (ej. biología, física) o hermenéutico (ej. la historia y, al menos a nuestro parecer, la lingüística). A estos tres tipos corresponden tres procedimientos metodológicos privilegiados: deductivo, hipotetico-deductivo y abductivo, respectivamente (59).

El actual declinamiento, en el campo de las investigaciones cognitivas, no de la lógica, sino del logicismo y su repudio por los turiferarios más destacados, está acompañado, naturalmente, por un surgimiento de las neurociencias, lo que el conexionismo refleja a su manera.

Tanto la alianza como la rivalidad de los dos primeros tipos teóricos (que el debate entre cognitivistas y conexionistas concreta en la actualidad) deja abierta la cuestión acerca del tercer tipo: o bien las investigaciones cognitivas permanecen separadas de las ciencias sociales, sin poder articular nada nuevo acerca de las lenguas, o bien se extienden hasta ellas reconociendo la dimensión social no sólo de los conocimientos, sino de la cognición; en tal caso deberán admitir la hermenéutica racional y la metodología abductiva por otros medios que no sean el estudio del razonamiento plausible o las referencias a Sein und Zeit.

3. Direcciones de la investigación

1. Si los cognitivistas ortodoxos han elegido al lenguaje como terreno de combate, es porque lo consideran peligroso para sus adversarios. En efecto, el conexionismo no está asociado a ningún tipo de lingüística que se pudiese presentar como una alternativa global a las gramáticas universales.

Si no aportan todavía nada nuevo acerca de las lenguas en cuanto sistemas simbólicos, es también porque consideran que estan más allá. Smolensky (1988) se refiere a un "paradigma" subsimbólico, que depende de lo que se llama la microestructura de la cognición. Las unidades subsimbólicas son tanto los rasgos fonológicos como los rasgos semánticos (micro-features); siempre se los considera en su contexto. Para un lingüísta dependen, por una parte de la fonología y, por otra, de la microsemántica. Se los aplica predominantemente en la percepción de los signos lingüísticos (60), dominio fundamental que, en definitiva, la lingüística formal no ha podido estudiar.

¿Será necesario elegir entre una lingüística 'simbólica' y una lingüística 'subsimbólica'? El nivel del signo sólo es un nivel de descripción lingüística y una teoría lingüística debe tener en cuenta el conjunto de lo simbólico y lo subsimbólico.

2. Hoy dia, aparecen, en especial en semántica, una regocijada variedad de teorías que enfrentan al programa formalista en lingüística, en nombre de una mejor comprensión de la cognición: Langacker (1986), Lakoff (1987) y Talmy (1988) (61).


4. La encrucijada de los caminos

1. El objeto de una ciencia ya es una formación teórica, no un dato empírico. El cambio en la lingüística se ve acompañado por un cambio en su objeto. A principio de siglo, este objeto había llegado a abarcar tres diversidades:
(i) La diversidad sincrónica de las lenguas (imperialismo y evangelización). La lingüística comparada tenía por objeto el estudio de esta diversidad.
(ii) La diversidad diacrónica de las lenguas; la formación de los grandes estados nacionales en Europa y su interés por la historia de la lengua.
(iii) La diversidad interna de las lenguas; surgimiento de la dialectología, criollística, los atlas lingüísticos, etc (62).

Estas tres diversidades se reducen en la actualidad:
(i) El número de lenguas vivas disminuye inexorablemente.
(ii) La diversidad interna de las lenguas se atenúa.
(iii) El interés por la historia de las lenguas se debilita.

2. Por una paradoja aparente, a la restricción del objeto corresponde una universalización del modelo teórico, en especial por las gramáticas universales (63).

El universalismo actual en gramática no se limita a las gramáticas universales. Uno de sus terrenos predilectos es la semántica. Se multiplican las teorías de los universales semánticos (noemas, arquetipos, primitivos). Los primitivos o 'átomos cognitivos' recuerdan explicitamente 'el alfabeto de los pensamientos humanos' de Leibniz.

La restriccion en su objeto se acompaña de un cambio en el estatus epistemológico de la lingüística. De ciencia social, pasa a estar bajo la dependencia de las ciencias de la naturaleza o de las matemáticas.

3. La demanda social dirigida a la lingüística concierne a dos grandes sectores: la didáctica de las lenguas y la ingeniería lingüística que define los productos de la Inteligencia Artificial. La informática lingüística es una jugada, todavía modesta, de la competencia económico-política y cultural que libran las grandes naciones indutrializadas. Las teorías lingüísticas universalistas constituyen la forma suprema del etnocentrismo (65).

4. Más que de lingüística, se prefiere hablar de ciencias del lenguaje.

Las necesidades de equipamiento y el peso de las inversiones conducen a privilegiar las investigaciones rápidamente (66) rentables o, al menos, susceptibles de encontrar aplicaciones a mediano término.

La versatilidad de los decididores pudo sacrificar aspectos enteros de la investigación en función de informes mal interpretados (cf. la detención de las investigaciones sobre traducción automática después del informe ALPAC o el descrédito durable arrojado sobre el conexionismo a partir de la obra de Minsky y Papert sobre los perceptrones).

Se asiste, sin duda, a una tecnologización de las teorías. En primer lugar, la disciplina fundadora de la investigación cognitiva ha sido la Inteligencia Artificial. Ahora bien, la Inteligencia Artificial, dígase lo que se diga, es una tecnología. Debe cuestionarse, incluso, el estatuto científico de la informática: es la ciencia del tratamiento de la información, se nos dice. Pero permanece dudoso que la información tenga un tipo de objetividad adecuada pra fundar una ciencia. En cuanto al tratamiento, éste es un objetivo tecnológico. Será necesario aceptar la definición de WINOGRAD: (67) "La realización de sistemas informáticos tiene [...] un aspecto teórico que se llama con frecuencia la ciencia cognitiva". Si bien la ciencia cognitiva no sería una ciencia, ya que no tiene objeto, constituye simplemente una reunión de disciplinas en torno de objetivos tecnológicos comunes. También la Inteligencia Artificial permanece en el centro de la investigación cognitiva, incluso para el paradigma conexionista: es, en efecto, el lugar donde las diferentes diciplinas se reencuentran para colaborar. Permanece, no obstante, una ambigüidad, ya que los objetivos últimos de la Inteligencia Artificial pertenecen al orden de la ciencia (y hasta de la filosofía). Pero no llega, en el mejor de los casos, más que a simular la ciencia, ya que no dispone de ninguno de los medios de regulación propios de las ciencias (en especial, porque la simulación no puede equivaler a la experimentación).

Conviene diferenciar el objetivo mítico de la Inteligencia Artificial (y en consecuencia, de la investigación cognitiva): desposeer a la filosofía del problema del conocimiento y constituirlo en objeto científico; y su objetivo práctico: crear productos de ingeniería.

Si la cognición no es un dominio de objetividad que varias disciplinas podrían ocupar, al menos parcialmente, como para establecer cambios teóricos, entonces existe un tercer tipo de interdisciplinaridad. Es la colaboración técnica. Es difícil de caracterizar, ya que nuestra tradición filosófica ha marginado y desvalorizado injustamente a la técnica -por eso, tecnologías como la Inteligencia Artificial quieren todavía pasar por ciencias. En ausencia de lo que podría llamarse una epistemología de la técnica, podríamos caracterizar la interdiciplinaridad técnica de la siguiente manera:
(i) no modifica el objeto de las ciencias que interactúan;
(ii) correlativamente, no tiene incidencia sobre sus modos de regulación teórica;
(iii) permite e, incluso, exige simplificaciones drásticas en el material teórico (68);
(iv) los problemas técnicos que se encuentran pueden ser el síntoma de dificultades teóricas. Revisten, por tanto, un valor heurístico;
(v) finalmente, la colaboración entre investigadores de disciplinas diferentes les permite percibir mejor las especificidades de sus disciplinas y modificarlas.

La concepción de la investigación cognitiva que se impone parece ser minimalista. Quizá, pero era necesario un esfuerzo de lucidez y se sirve mejor a la investigación cognitiva rechazando sus pretensiones de cientificidad que retomando las banalidades grandilocuentes.

5. Carácter acumulativo de los conocimientos lingüísticos; teoría de la tabula rasa (69); problema de la translatio studii.




































APÉNDICES
FUNDACIÓN SLOAN (1978)



Filosofía




Psicología Lingüística






Inteligencia Antropología
artificial

Neurociencia


























LE MOIGNE (1986)



Epistemología




Psicología e Lingüística






d
c

Ciencias de la b Ciencias sociales
computación e (comunicación,
Inteligencia decisión, economía,
artificial a antropología)


Neurociencias

(a) Cibernética
(b) Neurolingüística
(c) Neuropsicología
(d) Lingüística computacional
(e) Psicolingüística (22)


RASTIER (1991)

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