Feb 2008
Llegó un momento en mi formación del psicólogo y sociólogo, en que mientras más estudiaba la psiquis humana, mas entendía a la sociedad y mientras más estudiaba a la sociedad, mas entendía la naturaleza humana, pero esto no fue producto de un salto dialéctico espontáneo, fue el producto de la siguiente reflexión:
Si los enunciados de cada paradigma son de alguna manera corroborables, si gran parte de estos preceptos son herramientas útiles, si las diferentes facciones presentan estudios de casos para sostener sus hipótesis, es imposible que la valides de un paradigma excluya la valides del otro, y todas estas contradicciones son un asunto relativo al observador. Después encontré Trabajos de J. Searly (funciones relativas al observador) y de H. Maturana (epistemología del observador) y Morín (pensamiento complejo) que me dieron la razón.
¿Como es posible que los mismos principios se cumplan en la Biología, Psicología y Sociología humana, siempre que seguimos la misma lógica?, si reviso el conflicto intrapsiquico entre instancias y la lucha entre clases sociales, puedo llegar a conclusiones similares, lo mismo si reviso la estructura del cerebro o de la economía mundial. Este dilema solo podía resolverse aceptando la apuesta de Kant, que nos decía que la comprensión que tenemos de la naturaleza se basa en proyectar sobre ella las cualidades de nuestro entendimiento en vez de percibir el claro reflejo de la naturaleza y comprenderlo automáticamente.
Entonces, si somos un bio-sistema, lo más probable es que nosotros le otorguemos propiedades sistémicas a la naturaleza para poder entenderla, sea el objeto de estudio un órgano, un organismo o una organización.
Así que terminé adoptando el enfoque sistémico como principal vehiculo de comprensión de todo fenómeno antropológico. Terminé entendiendo que todo conflicto psicológico era un conflicto sistémico, tanto inter-subjetivo, como intra-subjetivo, por lo tanto si un ser humano se encontraba haciendo sistema con su entorno al mover una pieza del sistema, como un dominó tenían que las demás piezas moverse, comencé a ver todo problema psicológico como un problema de relaciones interpersonales, siguiendo a los teóricos de la terapia familiar y de la sociología organizacional.
El problema individual es siempre un problema familiar, también el problema un departamento de una organización, es siempre el problema de toda la organización. El problema se manifiesta através de conducta, estas conductas se realizan a través de rituales y estos rituales forman circuitos, estos circuitos se retroalimentan, es decir están en cada momento mandando información a los miembros del sistema recordándoles que el problema sigue vivo, que hay algo que no sea resuelto y que empeora.
El problema se mantiene vivo por que el interés grupal esta en conflicto con el interés individual, por que cada uno tiene una agenda encubierta, un proyecto que de realizarse atrasaría al sistema o lo acabaría, sin embargo el sistema no se desarma, se resiste y como reacción de sobrevivencia se da el problema entre los actores que chocan tensionándose y enfrascándose en rituales de combate que no son para nada el punto verdadero del conflicto, pero no pueden enfrentarse en profundidad por que esto develaría la agenda encubierta que suele siempre ser una tentativa de violación a los valores del sistema que nutren ala cultura organizacional de la familia o empresa
Solo basta un cambio de ruta, una intervención contra paradójica que responda al como se articula el problema, cambiando el ciclo, desarticulándolo, para regenerar el sistema y hacerlo caminar en otro ritmo para que solo encuentre su equilibrio que suele ser siempre para mejor.
Sin embargo una concepción psicológica que solo tome en cuenta la interacción social aunque sea microsociológica termina convirtiéndose en sociologismo, ante esta antinomia, y talvez como producto de las horas de lectura previas de textos psicoanalíticos, puede entender que la problemática familiar en 2 ejes no solo el diacrónico si no también en el eje sincrónico donde entendí que se guarda algo que llamo “el secreto”, este secreto es el verdadero núcleo de la patología tanto familiar como individual, lleva asociado un peso y se halla en conflicto con los mito familiares que conservan los valores sociales y que se encuentra en conflicto con la agenda encubierta de cada uno de los miembros del sistema.
Los valores familiares conllevan mandatos axiológicos, axiomas, la agenda encubierta pretende violar estos axiomas, esta tensión produce un conflicto que se registra en el tiempo, en un eje diacrónico y se pueden ir verificando, inclusive se pueden pronosticar.
El secreto es algo primigenio, cada miembro lo lleva y a veces es compartido por que involucro a mas de un miembro del sistema, a veces a todos, el secreto es un evento que no debió haberse dado pero se dio y rompe con lo establecido en el discurso, con lo sobre-entendido, con el orden social de las cosas y con lo que la sociedad (macrosistema) espera del sistema. Del descubrimiento del o de los secretos depende que el sistema, después de encontrar el equilibrio no vuelva al desequilibrio, cosa que suele siempre volver a pasar, por que las intervenciones sistémicas suelen darse siempre solo en el eje diacrónico, en el eje del ¿que es lo que pasa? y no en el sincrónico el eje del ¿por que pasa lo que pasa?
Estas claves: secreto, peso, mito, valores-axiomas-mandatos, rituales, circuitos, proyecto-agenda encubierta. son algunas de las preguntas que hay que hacerse para recrear el mapa del problema, construir el problema de investigación y elaborar la hipótesis antes de intervenir en el sistema, con el tiempo, el razonamiento sistémico se vuelve automático y la intervención se vuelve espontánea.
Si la familia es un sistema y el sujeto se encuentra inserto en múltiples sistemas al mismo tiempo, el problema en cada sistema es una paradoja, una contradicción en el sistema por tanto la intervención sistémica debe ser contra-paradojal, no debe ser algo que el sistema espera, ni lo que quien pugna por controlar el sistema quisiera escuchar.
He intervenido contra-paradojalmente en casos que han sido remitidos a mi como casos individuales, siempre los he considerado problemas familiares y siempre que he intervenido sistémicamente he encontrado alguna mejoría, generalmente la demanda se resuelve o cambia y hay que reenfocar y construir un nuevo problema de investigación, pienso que la primera vez que veo a un miembro de esa familia puede ser la ultima, no me arriesgo, no permito que un consultante se valla de la consulta sin lo que vino a buscar, para él una intervención (para mi, una nueva forma de ver el mundo).
Edu
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