sábado, 11 de octubre de 2008

ESTIGMATA

nov 2005

La sociedad categoriza a sus miembros , estas categorías se convierten en demandas y estereotipos que encasillan a los individuos en identidades virtuales basadas en estas demandas sociales.

Cuando alguien no cumple estas demandas sociales y se diferencia de la gran mayoría de las personas existentes dentro de la categoría social en que él se desarrolla (sub sistema social), pasa a ser un estigmatizado, marcado por la sociedad como poseedor de una cualidad indeseable.

Se puede estigmatizar una característica física, un rasgo de personalidad, una etnia, un credo religioso y hasta una ideología política. Ante este estigma la sociedad desarrolla un cuerpo de creencias, una colección de ideas y actitudes, que generalmente se relacionan siempre en función de un grupo ajeno al del individuo estigmatizador.

El estigmatizador no puede ver en el estigmatizado nada mas que el estigma, no reconoce en el ninguna otra cualidad que el estigmatizado y reduce toda la identidad real de estigmatizado en la identidad virtual que la sociedad le ha impuesto.

Esto cuando llega a un grado de generalización suele ocasionar una victimización en el estigmatizado, tal es así que él aprende a pensar en si mismo en función de su estigma, como si el estigma mediatizara toda comunicación que el pudiera tener con la sociedad.

Esto deriva en aislamiento, al aislarse comienza a ignorar su categoría social real y la función social que su categoría puede tener y se puede desconectar de la sociedad.

El estigma se convierte en un fantasma siempre presente, causándole gran inseguridad al estigmatizado en sus relaciones, prejuzgando la actividad del otro siempre en función de el estigma y temiendo que el estigma salga a relucir. Y es por lo general la referencia al estigma lo que mediatizará cualquier comunicación que el estigmatizado tenga con el otro, así el otro es siempre estigmatizador.

Ante el fantasma recurrente algunos estigmatizados usaran un estilo agresivo de comunicación, otros uno introvertido y habrá otros que pasaran de un polo al otro, en una interacción que no escapa del recurrente malestar.

Los estigmatizados elaboran al relacionarse entre sí una comunidad, esta es un subsistema cultural que genera creencias, usos y costumbres. Aquí encontraremos agentes de socialización secundaria, antiguos estigmatizados, que institucionalizaran la identidad social virtual del estigma.

Cuando este subsistema llega a ser una grupo, genera ideología, de entre ellos se escogerá a quien los represente ante los estigmatizadores, este representante deberá tener alguna característica que lo haga mas tolerable ante el estigmatizador y distensione por esto su comunicación con el resto del mundo. Este representante convierte a su estigma en profesión.

Existen personas que al estigmatizado no le ocasionan malestar, con las que se puede relacionar con confianza, personas que ven en el estigmatizado algo más que el estigma ven su identidad real, estos son los “Sabios”. a los sabios la sociedad les hace extensivo en algún grado la discriminación que se le otorga al estigmatizado por el solo hecho de relacionarse con él, lo cual explica por que el otro rehuye la relación con el estigmatizado, lo que lo convierte en estigmatizador por el solo hecho de tener esa actitud. Así para la sociedad, el estigmatizado difunde el estigma hacia sus relacionados mas cercanos..

En el proceso de la formación de la identidad en el estigmatizado este aprende los valores sociales de su grupo, pero también aprende los valores del estigmatizador, estas dos perceptivas se solaparan en su discurso y se verán como interjuegan en una dinámica de argumentos incriminativos para automortificarse o mortificar a los suyos, y además también como pautas para una conciencia de rol y de reinvidicación de este.

El estigmatizado no tiene una conciencia de su identidad virtual en serie, cada uno tiene su propia problemática existencial.

Ciertos sujetos tiene el estigma como marca de nacimiento, otros fueron protegidos por su familia de tal manera que lo sintieron solo usando por algún factor su campo de movimiento se amplio y salió de los dominios de esta.

El migrar, o el ser parte de un subsistema étnico lo puede aislar gran parte del tiempo y en ciertas circunstancias en que sale del radio de la zona de protección sub cultural, se enfrenta con el estigma.

Si este proceso se da tarde en el sujeto su nuevo rol sociovirtual no será adoptado de una manera manejable y le traerá serios desajustes y crisis existenciales.

Es digno de estudio antropológico, aquellos grupos que generan su propia identidad en base del estigma del cual fueron investidos, las creencias que se desarrollan en torno a esa conciencia de rol y las paredes sociales que se forman en consecuencia que lo aíslan de integrarse en la sociedad y que en ciertos casos convierte al estigma mismo en medio de ganarse la vida , como en el caso de los enanos profesionales que trabajan en espectáculos donde divierten al público por el hecho de ser enanos.

AUTOIDENTIDAD E IDENTIDAD VIRTUAL.
La identidad es un fenómeno vinculado a la experiencia continua. Ala autoidentidad hay que anexarle una identidad paralela, la identidad social, que ya existía antes de que el sujeto nazca, identidad de clase, etnia, género y gremio, en el caso del estigmatizado, la identidad de estigma. Identidad a la cual el sujeto incorpora patrones sociales acerca de sí mismo con cierto autocontrol.

El estigmatizado experimenta cierta ambivalencia entre la autoidentidad y la identidad “Estigma”, se vincula con los estigmatizadores en alianzas mixtas donde asume pautas de estigmatización para sus iguales y aprende patrones de estigmatización para aquellos de sus iguales cuyo estigma es mas notorio socialmente, a su vez esto se convierte para él en motivo de repulsión y de vergüenza y después vergüenza de la vergüenza.

Por un lado el estigmatizado se considera un ser normal y por otro se considera y es considerado como un ser marginal, ante esta contradicción social, la sociedad le ofrece códigos o pautas de conducta social que buscan darle coherencia a esta identidad conflictuada.

Así el estigmatizado aprende a personificar el rol de su estigma de una manera aceptable para los estigmatizadores de una manera “Digna, noble, valiente, madura” que tiene como única función no incomodar al estigmatizador, no romper su armonía psicológica y no alterar las pautas de comunicación impuesta por los estigmatizadores.

No dominar estos códigos de socialización implica aumentar el peso de la marginación, sufrir el descrédito adicional de ser desajustado, desadaptado, rebelde, loco, además de estigmatizado.

Así para la sociedad estigmatizadora, el estigmatizado que se “Adapta” , hace algo con su vida y el sujeto que se relaciona con los estigmatizados es acusado de “Malgastar su vida”.

Aquello que el individuo es socialmente, se deriva del lugar que ocupa su clase dentro de la estructura social. La naturaleza de un individuo depende de la naturaleza de sus afiliaciones grupales. La naturaleza del grupo es tan social como política. La relación del individuo se polariza en nexos de lealtad o deslealtad dependiendo las políticas de reivindicación, secesión o integración endogrupal.

Aquel estigmatizado que asume la militancia como “Modus vivendi” politiza su propia vida haciéndola mas difícil aún. En su cruzada usará argumentos, ambiciones y lenguaje que expresan valores tomados de la sociedad misma que lo estigmatiza ya que su propia identidad esta parasitada de la “Identidad fantasma” que le sociedad le ha creado.

Si los códigos que la sociedad le impone al estigmatizado son códigos “Políticos”, los códigos autoimpuestos por el grupo son “Psiquiátricos”.

Así el estigmatizado, aprende y se auto-entrena en una serie de conductas que afinan su carácter de rol portador del estigma y facilitan su relación con los estigmatizadores presentándoles lo que ellos esperan de él, perfeccionado su acto para dar el show que el estigmatizador espera y así manejar la interacción social y conseguir él también lo que busca y espera.

En estas interacciones el estigmatizado buscará reducir la tensión y generar empatía poniéndose el mismo en el papel que el otro lo pone a él, osea el papel del estigmatizado, consigue así controlar la situación ala vez que refuerza la retro-alimentación social de su rol.

La naturaleza de toda convención social es su carácter condicional, esta convención busca no incomodar a los estigmatizadores, no pedirles más de lo que pueden dar cómodamente, garantiza al estigmatizador el no tocar el estigma y no ser infectado por Él.

la sociedad le exige al estigmatizado que para seudo-superar su condición adopte una filosofía de vida que esta compuesta por los valores que los estigmatizadores suponen son los nobles y adecuados para su condición de estigmatizado, estos valores forman una identidad fantasma que es exigida inclusive a aquellos que no tienen elementos para poder entenderla como el ciego de nacimiento o el psicótico.

Así el exogrupo le presenta al sujeto una identidad social política y el endogrupo una identidad social psiquiátrica, de estas dos el sujeto asume e incorpora lo que puede a su autoidentidad. Así la personalidad social del estigmatizado esta dividida, por un lado se le exige ser normal y por otro ser estigmatizado, además como estigmatizado se lo encuadra como enfermo y se lo encuadra como militantes de un gremio.


AQUÍ Y AHORA.

¿Hasta donde estos fenómenos son propios de los considerados “Estigmatizados”, acaso no ocurre algo similar en cada ocasión que la sociedad etiqueta a algún gremio, clase o grupo?.

Pudiéramos hacer el siguiente ejercicio: Si reemplazamos al estigmatizador por el explotador y al estigmatizado por el explotado, nos encontraríamos con un fenómeno análogo . A su vez podemos hacer la permutación siguiente: En el lugar del estigmatizador podemos ubicar al que tiene algún tipo de poder y en el lugar del estigmatizado podemos ubicar a aquel que está en dependencia de ese que tiene el poder osea el que no lo tiene y depende de él.

¿Acaso los que tienen el poder y los que son dominados por él no exigen roles sociales establecidos a aquellos que no poseen el poder, y si no adoptan esos roles no son estigmatizados como inconformes, rebeldes, desajustados, desadaptados o alienados?

El empleado no puede tener su propio ritmo, su tiempo debe ser el del patrón, los estudiantes no pueden ser ni muy lentos ni tampoco muy adelantados por que serán marginados, condenados y etiquetados.

La adaptación es una especie de domesticación que el sistema exige a los más débiles, ¿Acaso los detentadores del poder no rompen las reglas? , A diario se acusa a las transnacionales de no pagar impuestos, a los empresarios de tener doble contabilidad y a los curas de tener vida alegre, pero lo patético es que nosotros lo supuestos normales nos creemos el cuento de la normalidad compuesto por roles sociales y le exigimos al otro que los cumpla y marginamos al transgresor por no adaptarse a él, como si el cumplimiento de esos roles nos beneficiara en algo a nosotros los que no tenemos poder, cuando los beneficiados con ese control social son los amos del sistema.

Todo sistema tiene amo. El amo es el gran estigmatizador.

En el inicio del texto, el autor explica el origen del termino estigma como una marca que puede ser divina o nefasta, los grupos sociales no solo estigmatizan a las minorías menos favorecidas, sino que también lo hacen con las más favorecidas endiosándolas en un estigma seudo divino. No solo eso si no que los grupos se autoestigmatizan ensalzándose como miembros de clanes conservadores de tradiciones, buenas costumbres, decencia o estirpe, así grupos de inmigrantes no mezclan su sangre por que consideran su raza superior, o por considerar a la local inferior no desean contaminarse casándose con un local. Esto es ideología pura y toda ideología es un sistema de estigmas y sirve a un Amo.

Estas creencias se legan y los hijos terminan creyendo las leyendas familiares, cuando el poder no se hereda junto a la leyenda, las nuevas generaciones entran en desajuste social y producen una nueva generación de desclasados y rebeldes que serán objeto de marginación social.

Así mujeres y hombres prefieren no casarse antes que casarse con alguien indigno de su estirpe, y padres proscriben a los hijos que se casan con locales o con sujetos que profesan religiones diferentes o que no la tienen.

Hace 20 años los hijos de padres divorciados eran un mal partido para el matrimonio, así como los ateos, los hijos de ateos, los hijos de comunistas o los de inmigrantes pobres, aun los afroecuatorianos, los indígenas, los orientales o cualquiera que no cumpla los estándares de la media. A la inversa aquellos que poseen poder económico, titulo profesional, poder político o reconocimiento social son considerados como privilegiados y la gran mayoría busca su compañía, como si el poder se contagiara por osmosis.

La antigua lucha de clases hoy pugna de poderes sociales no concluye cuando un grupo alcanza un nicho de poder, por que inmediatamente después empieza a estigmatizar a los otros grupos que están en los sitios menos favorecidos y si ya no necesita a los antiguos detentadores como socios lo hará nuevos objetos de estigma, etiquetándolos de caducos, obsoletos y arcaicos Esta política de “Cosa Nostra” es tan antigua como la humanidad misma y parece ser natural en el hombre que parece necesitar del estigma y autoestima para relacionarse socialmente, .

Edu


*Afro: Afroamericano.
Fuente:
Estigma. Erwing Goffman.
Película Crash.

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